Durante mi permanencia en la Universidad de Harvard, descubrí y patenté remedios (secretos de la naturaleza), para ayudar a la salud y no a la enfermedad, los cuales están al alcance de la mano y del bolsillo...
Se preguntaran como este humilde hombre, servidor y dueño de casa, ha logrado ser doctor de reconocimiento mundial, quien ha través de los años y la experiencia ha triunfado en el área de las ciencias, medicina ganando un premio nobel.
Mi señora Rosa Ortega, a quien le he dedicado cada minuto de mi vida, y a mi hija Sharon, quienes han apoyado sin titubear mis esfuerzos, desvelos y salidas de casa en busca de plantas medicinales, coipos, liebres y torcazas.
Mi juventud y niñez no han sido fáciles, hijo de hombre y de mujer de escasos recursos, han aportado cada peso para mi educación, a pesar de haberle lanzado la silla al director de dicho establecimiento y mis escapadas para ver Centella, Barbabas Collins y el Llanero Solitario que volaba por los cielos en su caballo.
Por ello, he decidido crear este Blog, al descubrir que después uno muere no celebra mas cumpleaños.
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